miércoles, 31 de octubre de 2012

HIJOS DE UNA MUDANZA

(Entonces)

La dulce memoria que guardan los labios
su boca
el sabor de su sexo
su saliva

Inmortal memoria de mis ojos
su silueta dormida
su perfil
su sombra

Memoria de mis oídos
sus pasos
sus jadeos
su audible silencio
su risa

Añorada memoria de mis manos
su vientre
su pelo
su espalda


Amarga memoria de mi voz...que inútilmente la llama


(Ahora)

Papeles olvidados
malos versos de malas horas
el resto de un perfume
varias cartas y una pluma ya sin tinta
hijos bastardos de una mudanza que termina

lunes, 29 de octubre de 2012

CHILABA y BABUCHAS

Me cuesta mucho más vestirme que desnudarme y no es un eufemismo. El ritual de ponerme la ropa cada día me aburre, lo cual no quiere decir que no tenga mi aquel de coquetería, que sí, claro, como todo el mundo, pero es algo que nunca me apetece. Sin embargo...desnudarme siempre es un placer. Desprenderme de ataduras: fuera los cordones de los zapatos, fuera los zapatos y los calcetines, que siempre, siempre es por ahí por donde empiezo. Luego el jersey, camisa, camiseta o lo que lleve, el sujetador -que qué mal nombre tiene!- y por último todo lo demás. Incluso aunque como hoy haga frío también en la casa, que como tiene calefacción comunitaria, todavía no está funcionando, pero no importa.

Del mismo modo que para pensar lo hago mejor al tiempo que me ocupo de otra cosa, para el relax, mejor sin ropa o la menos posible. Como digo, hoy hace frío, así que después de liberarme de convencionalismos -que eso es la ropa al fin y al cabo, aparte del tema climático- y un tanto estremecida por la bajada de temperaturas, he ido al armario y he sacado una de las prendas que más me gustan -tengo varias- y cuyo nombre no recuerdo en este momento, pero que es básicamente una túnica sin capucha ,  negra en este caso, con unos discretos bordados en plata justo en la abertura del cuello. También me he calzado unas de mis babuchas y ahora mismo no soy la persona más feliz del mundo, pero me siento mucho mejor.


domingo, 28 de octubre de 2012

MIEDO

Hace mucho tiempo que no tenía miedo, miedo de mi y ahora estoy aterrorizada.

Estoy entrando, sin quererlo, en una espiral que no conduce a nada bueno y que amenaza con hacer tambalear cosas demasiado importantes y que, a veces,  hace que me cuestione principios que consideraba incuestionables.

No me gusta lo que siento, no me gusta lo que tengo ganas de hacer. No me gusta que me arrastren a donde no deseo llegar.

No quiero convertirme en lo que más desteto.
No quiero convertirme en quien no soy.

Mientras tanto, los que más amo duermen plácidamente y a mi me ahogan las ganas de gritar...pero como no puedo ni debo, esta es la única manera en la que sí puedo gritar sin perturbar sus sueños.







viernes, 26 de octubre de 2012

MALANDANZA, gracias...

Parece que quiere salir el sol, ese tibio sol de otoño que a mi me gusta tanto... Me encantaría que la climatología también colaborase en la despedida de hoy, a pesar de que cuando arrancamos llovió a mares. Lo recuerdo perfectamente, pero además lo he revivido esta noche revisando cientos de fotografías..., no sólo de ese 6 de abril, sino de cada día hasta llegar aquí, en que ahí estará Diego, con su inseparable cámara, dejando su particular grano de arena para la memoria de quienes estemos y para los que no puedan venir.

Sé que para mucha gente esto no es más que otro negocio que cierra, una aventura más que fracasa, pero los que nos hemos dejado en ello, no sólo la apuesta económica en momentos difíciles, sino nuestras ideas, nuestro trabajo y muchas, muchas horas de nuestro tiempo, sólo nosotros sabemos que hay más que todo eso...dedicación, empeño, ilusión, tensiones, cansancio, preocupaciones, pero nunca nos han faltado las ganas de seguir intentándolo y eso, desde luego, no es fracasar.

Por aquí ha pasado todo tipo de gente, a un lado y a otro de la barra, unos dejando su huella en las paredes del local, otros trabajando siempre con el mejor ánimo, algunos llenando nuestras horas de charlas irrepetibles y fantásticas y también ha habido personajes de infausto recuerdo, pero a esos ya les hemos olvidado, ya que, por fortuna han sido los menos.

Pienso en los artistas que han subido a nuestro escenario, a los que agradezco con todo el corazón el esfuerzo que ellos también hicieron para acompañarnos:Alberto Conde, Paco Dicenta, Arturo Ruade, Diego Pacheco, Alvaro y Suso Costas, junto a su formación, Thre Crass, Mónica de Nut y Virxilio, Geta Geta Top, Olympia Jazz, Crema de Gaita, Moncho Borrajo, Delio y Jorge, Gustavo Almeida, Andrés Suárez, Lidia Uve, Leonardo Rodrígues, Ellen de Lima, Julio Fowler, Cristian Alvarez...y alguno me dejaré seguro, pero para todos mi admiración, mi agradecimiento y por supuesto, mi cariño. Y por suerte, con muchos de ellos me une también una relación de amistad que va más allá de la colaboración profesional.

Respecto a las personas con las que he compartido más horas que con mi propia familia, pues también de todo hemos tenido, sobre todo por lo que quienes más cerca han estado de mi, achacan a mi exceso de confianza, que me ha llevado a cometer errores serios, pero con todo, no me llevaré un mal recuerdo, pero sí la lección aprendida. En cualquier caso, gracias a Mónica, Luca Mangano, Roberto Montesinos, Lucas, Iván, Bruno, Celso Cao, Ana, Cris, Eli, Mario y su hermana...Y finalmente, Tata y Viti, quienes han hecho de este último tirón una balsa de aceite, sin sobresaltos y en la que han puesto todo su empeño y un magnífico trabajo, a pesar de que las circunstancias no eran, ni de lejos, las mejores. Siento que se incorporasen tan tarde a esta pequeña familia, pero nos queda mucha guerra que seguir dando a los tres y si la suerte nos ayuda un poco...quizá podamos seguir haciendo cosas juntos.

En cuanto a tod@s los que han querido compartir esta andadura con nosotr@s...también muchas gracias y espero que volvamos a encontrarnos en una futura continuidad de este proyecto o en cualquier otro.

En el tema familiar, aunque pueda hacerlo y lo haré, personalmente, gracias, gracias, gracias...a mis hermanos, Enrique y Marcos, sin cuya ayuda nada hubiera sido igual. Un millón de gracias a Inés, mi madre, que ha cuidado de mi y de mis hijos sin una queja y ha echado una mano también en temas del local desde el minuto cero. Y gracias a mis dos soles, Leire y Carlos, por la paciencia, por la alegría y por el amor que me han dado cada día, a pesar de lo que nos ha costado vernos menos y ambos estarán como en la inauguración, acompañándome un rato esta noche, porque son, sin duda, quienes más se lo merecen.

De l@s amig@s, poco puedo añadir que no haya dicho y escrito mil veces, salvo una vez más que les quiero y que son un pilar importantísimo de mi vida y en esto también, como no podía ser de otro modo.

Y por último, muchísimas gracias a Ana, Miguel, Carlos y Nati, del restaurante Boga y a Bruno de El Cafetal, por los consejos, los capotes y el cariño con que nos han tratado.


HASTA PRONTO.

Ana MALANDANZA.



martes, 16 de octubre de 2012

PARA....

Un vendaval de besos quiero
Un océano de abrazos
Una tormenta de gemidos
Un incendio

Una guerra sin prisioneros quiero
Condenada al cabecero de tu cama
Una derrota de saliva y sombras
Y tu boca
Y tu boca
Y tu boca




viernes, 12 de octubre de 2012

BESOS...

"Mira que hay besos distintos, eh, mami?!

Así comenzaba, hace un rato, una pequeña conversación con el menor de mis cachorros. Bueno, en realidad no inmediatamente, ya que me ha sorprendido de tal modo el comentario que, mi primera reacción fue besarle , tal cual le pillé, o sea en la cabeza...y ahí ya sí empezamos a charlar, por que el primero en lanzarse fue otra vez el:

-Ves? (riéndose) este beso es de chico listo...

Leches!! Tenía razón!!! En que era un beso de chico listo y también en lo de que hay muchos besos distintos, no sólo en la forma de besar, que habrá tantas como personas, sino en la intención que le ponemos cuando los damos.

Obviamente, el intercambio de opiniones ha sido corto y sin honduras, que ni tiene edad ni estas son horas para darle a la húmeda, que tiene que dormir, pero aquí me he quedado yo, como siempre -que además poco necesito para poner en marcha la máquina de cavilar- dándole vueltas al comentario, mientras sigo en mi tarea de madre responsable doblando ropa, colocando libros, recogiendo cenas...en fin, esas cosas.

Curiosamente no me he parado a pensar en esos besos maravillosos, tiernos, largos, húmedos, excitantes...pues no, se me han venido otros a la memoria, a excepción de esos a los que bautizamos como "besos de Judas", que si los hubo (que sí, claro que ha habido, como no!!!) he preferido ni tocarlos. He rememorado en cambio los que acompañan a los abrazos de los amigos bienqueridos o los de enhorabuena o incluso los de presentación, aunque esos suelo evitarlos si no hay cierta empatía con la persona presentada, ya que de  lo contrario me resultan bastante incómodos y tiendo a estrechar amablemente la mano, por que besar me parece un acto de cercanía que no todo el mundo se merece.

También me he acordado de los robados o casi, que nunca está demasiado claro como sucede, siempre queda la palabra de un@ frente a la de otr@: quien afirma que se lo han robado, se defiende con un no he hecho nada para que suceda y quien lo roba argumenta que la otra parte lo estaba esperando, por ejemplo...Pero bueno, ahí están.

Luego y casi por terminar este desvarío nocturno, he pensado en los que personalmente denomino como "besos erráticos", esos en que al despedirte de alguien a quien nunca has besado en los labios, de repente, plim, ocurre, un segundo, un instante fugaz en el que, además, nadie dice nada, aunque a mi suele darme la risa y sobre esos besos, un buen amigo solía contradecirme en lo de erráticos, ya que sostenía que, curiosamente, casi siempre ocurre con personas que nos gustan o al menos nos son afines, pues en caso contrario ya nos encargamos muy mucho de evitar errar el tiro. Y eso me ocurrió a mi ayer de madrugada...y mira tu por donde, este mico pequeño me ha hecho recordarlo.

Buenas noches o hasta luego...





miércoles, 10 de octubre de 2012

FELIZMENTE SERENA...

Lo bueno de haber recuperado la calma, por fin, es que ya pocas cosas me alteran (no incluyo, por supuesto, la política ni a quienes nos desgobiernan!), aunque eso no quiere decir que no tenga preocupaciones, que sí que las tengo, para dar y regalar, pero qué bueno es reencontrarse, asumirse, quererse...

Recuerdo cuando me cambié de casa para vivir sola, quiero decir sin pareja,  después de veinte años de vida en común, en que todo me suponía un enorme esfuerzo, no físico, pero sí emocional. Ver a mis hijos tan pequeños colocando sus cosas, en su desconocimiento de lo que realmente suponía aquello, con una alegría que no era capaz de compartir, pero que conseguí disimular, supuso un desgaste del que me costó reponerme, sin embargo ahora, que nos hemos mudado otra vez y espero que para mucho más tiempo, todo tiene otro color. Aunque no soy una persona a quien le cueste "hacer hogar", la casa que hemos dejado estaba -y no me había dado cuenta del todo hasta que no me he ido- llena de amargura. Bien es cierto que, con el tiempo, ha habido también en ella momentos felices, pero han sido los menos, así que este cambio, que aparentemente no tiene nada de especial, sí está cargado de significados. No sólo cambia el paisaje de mi día a día ni las caras de quienes me encontraré en el rellano de la escalera. Cuando hoy eché el cerrojo tuve una sensación absolutamente sorprendente, sentí que al fin cerraba una  etapa y entendí el bienestar de las últimas semanas, que no han sido ni mucho menos de descanso y de hecho han estado salpicadas de contratiempos, algunos muy serios, pero en todo momento he estado entera y tranquila.

No sé vivir sin pelear por lo que quiero y la resignación no está entre mis palabras ni mis principios, pero es verdad que en algún momento hay que ser consciente de que hay luchas que no nos llevan a ninguna parte y ahí estoy, en asumir que hay que utilizar las energías en causas y en personas que realmente valgan la pena. Es absurdo desperdiciar tiempo y esfuerzo en aquello que no conduce a ninguna parte ni en quienes no se merecen ni un segundo más de nuestra atención ni nuestro afecto.

Los años, además de regalarme algunas arrugas, muchas canas, algún que otro kilo de más, algo de vista de menos..., me han dado también un pasado del que hablo con orgullo, amiga@s a l@s que adoro, los mejores hijos del mundo -cómo no!!!-, errores de los que he procurado aprender y no repetir, la posibilidad de conocer a gente que ha dejado huella en lo que soy, también responsabilidades con las que estoy dispuesta a torear y sobre todo me han dado las armas necesarias para hacer que mi vida siga estando llena de sueños, de ganas y de esperanza en que, pese a todo, cada mañana valga la pena despertarse, en el supuesto de que haya dormido, que eso es ya otra historia..



lunes, 8 de octubre de 2012

TE QUIERO

Hace apenas unos días que tuve tu cara entre las manos, que acaricié tu pelo canoso y tu mejilla.
Hace muy poco también que nos dijimos te quiero, sin más apostillas, ni un todavía, ni un como siempre, ni un de algún modo, un te quiero claro y conciso que encerraba una realidad a veces un tanto abrumadora. Un te quiero que es, que será... para toda la vida.

Un te quiero formando parte de mi historia,
de mi día a día
y mi mañana.

Un te quiero con todas las consecuencias,
incluso las menos felices, que de las cicatrices, amor,
también se aprende, se crece y se mejora.

Un te quiero en nuestra hija,
que tiene mi piel y tu genio,
mi imaginación y tu constancia.
En nuestro hijo,
que tiene tu color y mi carácter,
tu ansia de aventura y mi calma.

Un te quiero, al fin, entre tu y yo, que no necesita de más explicaciones, aunque nos haya costado y nos cueste algunas lágrimas.

PEQUEÑOS BASTARDOS

Hay gente -y no digo personas, ya que sería darles más valor del que en realidad tienen- que entran en la vida de una cual elefante en una cacharrería, no tanto por lo que destrozan sino por el modo público y notorio de hacerlo. Esto, en principio, no tiene nada de particular, salvo el ruido, pero el quiz del tema está en que esta misma gente, que casi nunca ha contado con  invitación para colarse en nuestro metro cuadrado, siempre, siempre acaba por salirse, más tarde o más temprano, por la puerta de atrás.

Estos/as impostores/as suelen ser hijos bastardos de padres nada amorosos, la envidia y el interés, que además, pobrecill@s, nunca saben qué les tira más, si la una o el otro, de modo que cuando aparecen lo hacen con ese rictus que pretende ser sonrisa, que una nunca sabe si le van a arrear un empujón hacia el abismo o un abrazo y levantarle la cartera, el reloj,  la pareja o el coche.

Como su debate interior es tan poderoso, generalmente se mueven entre dos aguas, por un lado se arriman con aparente y sospechosa cordialidad y por otro, apenas se les pierde de vista...nos ponen de verano (que ya decía mi abuela, que la envidia es muy mala y añadía, que también muy habladora!).

Con el tiempo, si la diosa Fortuna decide darnos la espalda o por donde amargan los pepinos o si en algún momento arrugamos la nariz y les ponemos donde siempre debieron estar -lejos,  muy lejos-, acaban por componérselas para adoptar la nada creíble actitud de la dignidad y por supuesto, sin dignidad alguna, irse de nuestra vida con nocturnidad y alevosía, a ser posible dando el más molesto de los portazos que sean capaces, dejándonos, al fin y sin que se les ocurra sospecharlo, pues la vanidad y la autosatisfacción les ciegan sus ya cortas entendederas, nos dejan como digo, profundamente aliviadas mientras echamos el cerrojo.

Este es un pensamiento en voz alta que, tras un encuentro inesperado, ha salido a borbotones, como la sangre en un mal tajo en la yugular y que escrito ha hecho el efecto de torniquete cortando la hemorragia que, la educación y las buenas maneras, me han impedido atajar en el momento del encontronazo, si hubiese soltado por esta bocaza mía la sarta de improperios que chocaron contra mis dientes en el mismo instante que el susodicho bastardo tuvo la desfachatez de saludarme

lunes, 1 de octubre de 2012

...A TI POR VENIR

Hoy ha tocado, a pesar de que no tocaba, quiero decir que nada hacía suponer que sucediese. Pero ha pasado y no lo lamento.

Salí casi que por obligación, me entretuve por necesidad y he regresado antes por sentido de la responsabilidad, no por las ganas, que si por eso fuera, la noche podría ser intensa y larga, muy larga. Sin embargo, tengo la edad y los kilómetros suficientes para saber que más alcohol no es menos olvido....ni alivia ningún dolor, simplemente lo anestesia temporalmente. Aún así, estoy más ebria que sobria, más jodida que contenta, más cansada que decidida...,estoy entre tus dedos y tus manos están en otra parte. Nada que objetar y sí alguna cosa que añadir: suerte y felicidad (a ratos, sí, lo sé, que otra cosa es imposible y seguramente insoportable).

Me cuidaré, ya me cuido; me querré, ya me quiero; no lo haré más, aunque parezca que lo hago.

Vigo, comenzando el 2 de octubre de 2012