martes, 18 de octubre de 2016

ABRIENDO PUERTAS Y VENTANAS

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez...pero hoy he abierto puertas y ventanas para dejar pasar al otoño con todos su colores y aromas. También he abierto de nuevo esta ventana desde la que ha habido tantos guiños, amores, desamores, encuentros y desencuentros, recuerdos, lágrimas y adioses...y parece que ya se renueva el aire enrarecido y polvoriento de los espacios cerrados y se cuela el tibio sol por las rendijas. Seguimos vivos, todos, incluso los que temimos que no estuvieran.
Son buenas noticias y aunque a veces a trompicones, todo sigue su camino. Nada nos ha detenido todavía.
Esta es una estación hermosa, aunque a esta hoja que también otoñea, la vuelva a ratos un poco melancólica. Pero adoro la luz, el color del mar en esta época y sus rugidos, me encanta el olor a micelio -que no sé si estará bien usada la expresión- entre los árboles. Podría estar horas contemplando las vides y la hojarasca y estoy loca por sentarme junto a la lumbre, en silencio y sin prisa.
No se si las musas, abandonadas en pro de ocupaciones ineludibles e inaplazables, tendrán a bien volver a visitarme, pero como el paso de los años me ha hecho más disciplinada y constante que antaño, espero seguir abriendo este pequeño ojo de buey de vez en cuando, para que no se me instale dentro la humedad que todo lo mancha ni pierdan vigor mis viejas raices.
Nos vemos...