no me regales tu boca
haz que me la gane
ni te quites la ropa
hasta que mis ganas te la arranquen.
no te acerques
y mantén la torturante distancia
hasta que mis manos se crispen
y la voz se me rompa de llamarte
no me esperes y ve empezando tu
sin que te importe mi aliento contenido
ni mis ojos como añicos de cristales
dosifícame las caricias que abrasan
los besos que enervan
y el vaivén de tus caderas
detente a fumar un cigarrillo
largo como la noche más larga
mírame sin miedo
provoca el deseo más intenso
humedece los labios
mientras yo me ahogo en mi ansia de besarte
ni tus pezones endurecidos
ni el sutil temblor de tus muslos
ni la boca entreabierta
ni la respiración al galope
nada me des
nada me dejes
hasta que suplique
vencida entre tus senos
déjame que me muera
mientras tu te vas estremecida
y que resucite luego en el placer de tu calma y de tu cama
en las sábanas mojadas
con tu abrazo al fin
tus uñas en la espalda
y entonces sí
amarte sin remedio hasta el alba
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