Quiero seguir siendo una mujer desnuda y que lo único que me defienda del frío sea la calidez de los abrazos.
Quiero que me desvistan y me vistan sólo miradas y besos y que mis pies me lleven siempre con calma.
Quiero que las arrugas que me surcan y los kilos que me sobran los desdibujen unos ojos y que el sol me dé de frente para que se sepa que no miento.
Quiero que mis manos nunca se vuelvan garras y que en esta única piel que tengo nadie haga sangre innecesaria.
Quiero el rojo, el blanco, el azul, el verde en todos sus matices, los olores, los sabores, las notas y el viento penetrando los poros indefensos.
Quiero continuar caminando sóla sin que me duela y acompañada a veces sin engañarme y que la oscuridad nunca vuelva a darme miedo.
No quiero más. Una mujer desnuda. Ser y seguir siendo.
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