Hubo un tiempo en que tuve una víscera inquieta y viajera y los pies atrapados en el barro, sin embargo, ahora tengo de nómada las extremidades y las ganas, pero sedentario el corazón. Del mismo modo que hasta hace poco he escrito básicamente al teclado del ordenador y ahora he vuelto a hacerlo sobre el papel y la tierra.
Hubo un tiempo para perderlo o para derramarlo o para reconstruir los pedazos rotos, pero ahora es tiempo ya de ser dueña y señora de los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario