domingo, 14 de julio de 2013

RITUAL INESPERADO

Este ha sido un domingo para guardar en la memoria, sin un segundo desperdiciado, pero además he pasado por una especie de purificación absolutamente inolvidable. Desnuda me han sumergido en una poza de agua helada, donde tiritando y  con un remolino de intensas emociones, sólo he acertado a cerrar los ojos y permitir, sin resistencia ni miedo, que unas manos amadas hiciesen que el agua arrastrase todo lo que ya ni necesito ni importa. Luego me he sentido abrazada, profunda y literalmente abrazada por la calidez de la tarde y la de su cuerpo desnudo junto al mio.

Ninguna de nosotras habíamos hecho antes nada parecido y no me refiero a un baño sin más. Algo ha habido de ritual, de dejar atrás lastre y de querer empezar otro camino desde cero y he vuelto a casa con mucha más calma y más certezas. Más serena y más feliz.





No hay comentarios:

Publicar un comentario