Así comenzaba, hace un rato, una pequeña conversación con el menor de mis cachorros. Bueno, en realidad no inmediatamente, ya que me ha sorprendido de tal modo el comentario que, mi primera reacción fue besarle , tal cual le pillé, o sea en la cabeza...y ahí ya sí empezamos a charlar, por que el primero en lanzarse fue otra vez el:
-Ves? (riéndose) este beso es de chico listo...
Leches!! Tenía razón!!! En que era un beso de chico listo y también en lo de que hay muchos besos distintos, no sólo en la forma de besar, que habrá tantas como personas, sino en la intención que le ponemos cuando los damos.
Obviamente, el intercambio de opiniones ha sido corto y sin honduras, que ni tiene edad ni estas son horas para darle a la húmeda, que tiene que dormir, pero aquí me he quedado yo, como siempre -que además poco necesito para poner en marcha la máquina de cavilar- dándole vueltas al comentario, mientras sigo en mi tarea de madre responsable doblando ropa, colocando libros, recogiendo cenas...en fin, esas cosas.
Curiosamente no me he parado a pensar en esos besos maravillosos, tiernos, largos, húmedos, excitantes...pues no, se me han venido otros a la memoria, a excepción de esos a los que bautizamos como "besos de Judas", que si los hubo (que sí, claro que ha habido, como no!!!) he preferido ni tocarlos. He rememorado en cambio los que acompañan a los abrazos de los amigos bienqueridos o los de enhorabuena o incluso los de presentación, aunque esos suelo evitarlos si no hay cierta empatía con la persona presentada, ya que de lo contrario me resultan bastante incómodos y tiendo a estrechar amablemente la mano, por que besar me parece un acto de cercanía que no todo el mundo se merece.
También me he acordado de los robados o casi, que nunca está demasiado claro como sucede, siempre queda la palabra de un@ frente a la de otr@: quien afirma que se lo han robado, se defiende con un no he hecho nada para que suceda y quien lo roba argumenta que la otra parte lo estaba esperando, por ejemplo...Pero bueno, ahí están.
Luego y casi por terminar este desvarío nocturno, he pensado en los que personalmente denomino como "besos erráticos", esos en que al despedirte de alguien a quien nunca has besado en los labios, de repente, plim, ocurre, un segundo, un instante fugaz en el que, además, nadie dice nada, aunque a mi suele darme la risa y sobre esos besos, un buen amigo solía contradecirme en lo de erráticos, ya que sostenía que, curiosamente, casi siempre ocurre con personas que nos gustan o al menos nos son afines, pues en caso contrario ya nos encargamos muy mucho de evitar errar el tiro. Y eso me ocurrió a mi ayer de madrugada...y mira tu por donde, este mico pequeño me ha hecho recordarlo.
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