No hay ningún día sin historia, aunque otra cosa es que nuestra memoria la guarde.
El de hoy, que como todos comenzó a las doce de la noche, se ha parecido mucho a otro, con su madrugada lluviosa y fria y como aquel me sorprendió en mi sofá...despierta, sin embargo no huele ni sabe igual. Entonces rompimos el silencio a dos voces y hoy al día lo hizo añicos el silencio.
También así se escribe la historia, con olvidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario