Fronteras borrosas, difusos límites, piel ardiendo en madrugadas insomnes.
Besos
anillos rodando
mi camisa
su pañuelo.
Botones alborotados
agua
sal
aromas que permanecen
flashes en la retina
Húmeda e intensa memoria de cuerpos entre sábanas revueltas
la sed
la ternura
el deseo
la calma.
También música a raudales,
risas
confidencias
amanecer a mediodía
el regreso
Su valor, su generosa entrega, sus ganas, su dulzura...se merecían, como mínimo, estas líneas.
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