Las manos al timón, levamos anclas para surcar otro día de lluvia. Flamea la mayor y el foque se llena de viento, los labios de sal y las pupilas de horizonte.
Sopla de proa y vamos virando, ahora a babor hacia tu ingle, ahora a estribor al hueco de tu cintura...Viramos nuevamente y erramos la maniobra, pero no importa, que nada mejor que encallar en tu ombligo.
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