Frente a los encantadores de serpientes...dadme utópicos trasnochados, que quizá sean más aburridos, pero mucho menos peligrosos.
Frente a los agoreros con máscaras de bufón...dadme a los silenciosos mimos, con toda la vía láctea llenándoles los ojos.
Frente a los mirlos blancos...dadme los pequeños gorriones de mi terraza, descarados y traviesos roba-migas.
Frente a las putas de su casa...dadme a las amas de la calle, que está una muy harta de tanta arpía con tacón de aguja.
Frente a este mundo en blanco y negro...dadme, por favor, el arco iris de la risa y un beso de su boca. La de ella.
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