Lo de estar unos minutos desnuda sobre la cama, es una vieja costumbre y como he dicho, un auténtico placer, sobre todo ahora que hace calor. Un placer que es mucho más intenso si puede compartirse con otro cuerpo desnudo y amado al lado, cosa que he podido hacer, por suerte, muchas veces, insisto, "muchas veces", no con muchos cuerpos, ya que durante años fue siempre el mismo. Sin embargo ahora no es en ella en quien pensaba cuando he cerrado un instante los ojos, ni cuando un leve latigazo sacudió mis riñones...Pues no, no era en ella en quien pensaba...
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