miércoles, 24 de octubre de 2018

EN UN PAIS MULTICOLOR




 "En un país multicolor"...aquella cancioncilla de la abeja Maya, que creía yo que ya nadie escuchaba y mucho menos verían sus dibujos, pues no, al menos la tonada sí que suena y lo he descubierto hoy en uno de mis paseos. Y esto no es un ejercicio de nostalgia de canciones infantiles, es más bien el efecto magdalena de Proust, pero más pedestre y que lo que me ha desatado es otra nostalgia, una mucho más profunda y desoladora. Nostalgia de un país como el del título, multicolor, libre, con derechos, con ilusiones y también con lastres, que no todo fue maravilloso e incluso algunas irisadas burbujas acabaron por estallarnos en toda la cara, pero entre el pasado de tinieblas y el incierto futuro, el presente estaba lleno de esperanza y de sueños. Sin embargo ahora, al menos desde mi posición de espectadora beligerante -aunque os suene contradictorio, quizá explique mi percepción en otro momento-, entre el pasado crítico (de crisis) y el tenebroso futuro, que no se si estamos, perdón, están por repetir...el presente está cargado de seres desganados, de ignorancias supinas, de desinformación y travestismos políticos, de corruptelas y grandes corrupciones, de enoooormes dudas y cero interés en buscar respuestas y/o caminos que nos saquen de esta modorra de sofá-cama.
Me cuesta  leer la prensa, no sólo por las noticias en sí mismas, tan desalentadoras casi siempre, sino porque ya no se qué periódico leer, que ya todo lo leo con los ojos cargados de preguntas...De la televisión, las radios o los noticieros digitales, reconocozco que más de lo mismo, tremendas ganas de sumirme en el silencio e intentar que  no me duela todo lo que me duele. Y entonces tiendo al ensimismamiento, a otras lecturas y otras músicas y me descuelgo por la escalera de la memoria buscando donde coño dejamos de ser quienes fuimos y a donde hemos llegado mirándonos sólo el lustre de nuestros zapatos... En fin, quizá esta reflexión, probablemente escrita con torpeza y ningún deseo de hacer un relatorio de desastres venidos, sobrevenidos o por venir, sea poco compartible, pero como me importa un pimiento, ahí se queda.