jueves, 2 de mayo de 2019


"Una mía y otras a veces.

-Soledad amada. La que amé y de algún modo amo todavía.
-Soledad tumultuosa, en que estás tu contra todos o en medio de todos, sin entender apenas nada.
-Soledad conquistada, después de sacudirse rémoras añosas, con lágrimas a veces, con pérdidas también, pero siempre gratificante.
-Soledad forzosa, cuando nada, nadie importa. Triste, sin duda. Insana probablemente.
-Soledad inmerecida, a la que nos condenan o condenamos, y que como indica el adjetivo , para la cual no hemos hecho méritos que la justifiquen.
-Soledad terapéutica, por sentido comun o por prescripción facultativa.
-Soledad necesaria, íntimamente ligada a la capacidad de dosificarla, para cuando hace falta, opcional y a menudo difícil de explicar (no todxs necesitamos lo mismo...).
-Soledad de soledades, la última supongo, cuando ya Caronte -cosa de los griegos- nos deje al otro lado. Intransferible".