jueves, 29 de septiembre de 2011

NO SON DE UN PATIO DE SEVILLA

Hay determinadas músicas que obran el milagro de volverme liviana, que la piel se me rejuvenezca, el cabello recupere su color original y el pulso se me acelere como si pudiera regresar, a la velocidad de la luz, muchos años atrás...
Mis recuerdos no son de un patio de Sevilla, que decía el poeta, pero sí había un patio, sí, que permanece enorme en mi memoria y todavía repleto de aromas, entre ellos el del puchero en la cocina de mi abuela Aurora y el profundo olor de los armarios a manzana o a membrillo. También está impreso profundamente, el recuerdo del tacto de las sábanas, en mi cama, la misma cama en que nací -me nacieron...- y en donde dormí hasta hace algunos años, hasta que esa casa se cerró definitivamente, para acabar convirtiéndose en cenizas no hace demasiado tiempo. Sin embargo, no hay fuego capaz de devorar las emociones, los olores, los sabores, los sonidos, los afectos, la niñez que estas músicas hacen revivir...Pero, otro día más, tal vez, no sea que se me cuele por alguna rendija un poco de tristeza...

martes, 27 de septiembre de 2011

Malo, malo...

He estado pensando -malo, malo...- en el modo en que algunas personas intentan salir de la vida de otras, como a trocitos, como si muchos pequeños mordiscos hiriesen menos que una dentellada definitiva. Personas que se van alejando, disimuladamente, sin dar nunca la espalda, pero como los cangrejos, caminando en el sentido contrario a su mirada, como si esa lenta despedida no fuese a doler a quien la sufra. Sin embargo, al menos en mi caso, los adioses, incluso para la muerte, los prefiero dignos, rápidos y certeros. Demorar lo inevitable sólo alarga la agonía, así que, quien se quiera ir, que se vaya y no me regale minutos como gotas de anestesia, de la que al despertar sólo queda una especie de resaca.

Y por el contrario, quien quiera entrar, que pase, sin tirar piedrecillas a mis ventanas. La puerta de l@s amig@s, amores, amig@s-amores...no tiene ni aldaba ni llave.

lunes, 26 de septiembre de 2011

LECHUZA

Los ojos como lunas, el cielo sin estrellas, silencio alrededor y como una lechuza sorprendida, casi inmóvil, esperando la luz de la mañana.

Y vendrá el amanecer con sus estridencias, para las cuales el cerebro todavía no está preparado, pero ahí estarán, inevitables, el despertador minimalista y hortera del segundo, con esa especie de trino de pájaros, un niño que llora en un lugar por definir, el tráfico hacia el aeropuerto
-los aviones no, afortunadamente-, unos tacones desconsiderados que hieren com agujas, un portazo, otro portazo y algún tintineo de llaves que se alejan.

Y vendrán también las responsabilidades públicas -esas que una tiene que acometer en colaboración con otros, para otros y en presencia de otros-, los niños, el colegio... y el tiempo exprimido hasta el dolor, el propio, claro, por que el tiempo pasa inexorablemente. Pero con todo, será otro día ganado a la pereza y otra muesca más en el revólver sin cadáveres...

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CONTRADICCIONES

Tengo mariposas en el estómago, mil palabras palpitantes, calientes y vivas latiéndome en la sien, en el pecho, en el sexo, en la yema de los dedos y sin embargo no sé como hacerlas llegar a su destino o sí sé, pero seguramente no tengo el valor necesario y en cambio me sobra el miedo a dejarlas salir y que caigan al vacío, que se hagan añicos y me arrastren en un remolino de imposibles.

Hay puertas a las que una jamás se atreve, no a llamar, ni siquiera a acercarse. Y aunque nunca he sido cobarde, la sola idea del dolor pone freno a las ganas, pero tampoco me sirve la católica resignación de ver el tiempo marchitándose, dejando en manos de ningún dios, que sea lo que él quiera.

Hay sentimientos que no hay mordaza capaz de acallarlos, silencios explícitos como un grito, pasiones que no se nombran, pero que inundan la mirada y los gestos, por más que una se sienta segura tras las gafas y con las manos escondidas en los bolsillos. Incluso aunque no nos hallemos frente a frente con quien nos conmueve y nos revuelve el pensamiento.

Las contradicciones, las emociones encontradas, me hacen oscilar como un frágil péndulo, pero también hacen que la vida en tiempos duros y no sólo hablo de crisis económicas ni climáticas ni bélicas..., digo que la vida sin embargo, así, en este vaivén, se irisa, gana en matices, en tensiones, en vértigo e incluso en alegría.

Subo y bajo, bajo y subo y me detengo, me repito que no saldrá ni una línea más, pero entre duda y duda, en la lucha entre la razón y el deseo, siempre termina por vencerme el deseo...tan lleno de razones!! Y ahí lo dejo, al fin, para que hagas con él lo que te plazca.

domingo, 18 de septiembre de 2011

GRACIAS

Noche de viernes de este cálido septiembre, en que no recordaba la última vez que nos sentamos a cenar, juntas y solas, seguramente por que hacía demasiado... Pero ahí estábamos de nuevo, como en el tango, "con la frente marchita y las nieves del tiempo plateándonos algo más que la sien" y sin embargo compartimos la risa, la ternura de siempre iluminándole los ojos, los besos sin escalas intermedias, de su boca a mi boca y los abrazos largos y dulces... Hicimos concesiones a la memoria y al presente y al futuro...Y en algunos momentos de la noche tuve -pura magia!- otra vez poco más de veinte, de veinte alocados, inconscientes, apasionados años..Aquellos que paseé de su mano por la calles de la ciudad amada, cuando nos bebíamos las noches casi sin descanso. Nos recordé, al borde del delirio, en algún callejón del casco viejo, sin poder esperar para llegar al cobijo de la casa, pero también conversando sin prisa al tibio sol de primavera en cualquier terraza. Y esta noche hubo también música, la música que inevitablemente la rodea. Desde que nos conocimos, siempre, siempre, siempre que miraba hacia atrás, al tiempo que compartimos como amantes, siempre, siempre, siempre ha estado lleno de música, de música que tampoco he olvidado...Como no he olvidado su propuesta de irnos a Bahía, ni los cafés en la buhardilla, ni siquiera una bofetada, la única, que recibí por sorpresa...

Podría seguir desgranando aquí todo lo que no olvidé y que esta noche he revivido, querida mía, pero, a pesar de tu confesión de que me visitas cada día, para ver lo que estas torpes manos han tecleado, prefiero que haya otras noches como esta y contártelo sin prisas.

Gracias, por mantener el lazo que nos une, por fortuna, ya irremediablemente.

viernes, 16 de septiembre de 2011

RENDIDA

Una mañana cualquiera, como esta, como tantas, con la desgana por vestido, la desesperanza como guía, la herida abierta y los pies de barro...hace difícil resistirse al calor de la cama. Cuesta encontrar motivos para abandonar el frágil refugio entre las sábanas y no rendirse al paso irremediable e irrecuperable del tiempo. Dejar que las horas se vayan desprendiendo del reloj, como las hojas caducas y ocres de este otoño que ya está llamando a todas las puertas y esperar a que la noche nos abrigue con su manto de estrellas, confiando en que el cruel Morfeo se apiade de este frágil animal cansado y nos acune en sus brazos esquivos, hasta que llegue otra mañana en que las fuerzas no flaqueen.

martes, 13 de septiembre de 2011

MADRID

A menudo recuerdo el profundo cielo azul de Madrid, otoños como este, que ya va asomando en la lejanía, en la terraza de nuestra casa, con la Dehesa de la Villa de fondo, una pequeñísima Leire tambaleante todavía en mi regazo y mi amor, el amor de mi vida, abrazándonos a ambas por la espalda.
Ahora, desde esta ciudad atlántica, con los niños cada vez menos niños, sola, con veinte años a la espalda, que no son una carga, sino una suerte, probablemente, de inmerecida fortuna y aunque la casa también haya cambiado de propietarios,...necesito regresar con tiempo, ya sin el dolor de la pérdida, o mejor, con mucho menos dolor -que eso sí es un lastre del que hay que desprenderse para volver a navegar más ligera-. Volver y exorcizar esos fantasmas que siempre quedan, haciéndonos un nudo en el estómago, abrazar sin lágrimas (y si las hay que sean de alegría) a los amigos...Miguel, Mónica, Marisa, Carmen, Tomás, Raquel, Paola, Ros, Clara, Elena,Mercedes, Mariel, Alejandra, Edu...Recuperar las calles, los bares, el banco de la dehesa, donde solía sentarme a leer, el metro, las tardes en el Retiro, las horas en el Reina Sofía y el paso inevitable por la "muellería" cercana..., las cañas bien tiradas de mi primer barrio, el rastrillo de Tetuán...o las noches en Chueca, cerrando garitos..,
Madrid, no me olvides, que voooooy...

sábado, 10 de septiembre de 2011

PARA TI, ahora sí

Esta vez sí. Sí que serán para ti mis palabras. No un poema ni un cuento, ni siquiera una declaración de intenciones. Sólo son palabras que quiero, que me acompañan y tienen sentido en mi vida. Te las daré como un regalo, para que puedas tejer con ellas un hilo que nos una y nos acerque, hasta que, con esas mismas palabras, algún día, escriba nuestra historia, la que sea...
Ternura. Confianza. Beso.
Silencio. Abrazo. Deseo.
Espera. Humor. Caricia.
Tiempo. Calma. Música.
Lealtad. Constancia. Luz.
Desde el corazón para tus manos, para que las barajes, las mezcles, las sientas y las disfrutes. Eso sí, no las pierdas o no podré volver a escribirte...

jueves, 8 de septiembre de 2011

YA NO

Ya no le escribo.
No quiero decir que no escriba por o para ella, no. Ya no escribo tampoco esperando que me lea, ni que se sienta aludida entre líneas.
Ya apenas hablamos.
No por que no tenga un millón de cosas que decirle, no. Es que se me han perdido las palabras que nos acercaban y además, no creo que siquiera hablemos ya el mismo idioma.
Ya no la miro.
No por que no me muera de ganas de mirarla, no. Por que no sé si.. "ojos que no ven, corazón que no siente", pero así duele menos.
Ya no la espero.
Que la esperanza, como la mar, puede ser una mala mujer...y ya no. Sencillamente.

martes, 6 de septiembre de 2011

CUENTO SIN CUENTO

Sólo después de un rato reparó en un gran cartel rogando silencio y en otro, algo más pequeño. pero más rotundo, que rezaba"Llamen antes de entrar". Lo cierto es que, en realidad se había detenido sólo a contemplar la puerta, que sin ser demasiado antigua, lucía recia y añosa. Acarició las molduras de la madera pensando que quizá estaban hechas a mano y que de algún modo estaba también acariciando con la suya la mano de quien hubiera hecho tan magnífico trabajo y en ese mismo instante se dio cuenta de que una de las hojas cedía a la presión, sin un ruido, silenciosa y suavemente, como si cada bisagra hubiera sido engrasada recientemente. No pudo resistir la tentación y empujando un poco más, introdujo primero la cabeza y se maravilló al ver una especie de atrio porticado. Después de la curiosa cabeza siguió obediente el resto del cuerpo, cerrando la puerta tras de sí.
Pasaron unos minutos,supuso, pero podría haber sido más tiempo, tal era la fascinación que le producía aquel lugar. Recobrada la conciencia caminó asombrándose de la soledad reinante, salvo por los pájaros, que si bien no los veía, sí acompañaban con sus trinos el lento deambular en el que se encontraba.
Sin darse cuenta, nuevamente se sorprendió al sentir el tacto de la piedra granítica, y como siempre, la vio más con las manos que con los ojos. Sintió al cantero en aquella columna tan sencilla y tan hermosa, percibió incluso cada diminuta huella del cincel y una especie de instinto olvidado hizo que acercase la cara hasta poder encontrar el perfume a tierra y a mar que guardaba la piedra en recuerdo del lugar en que fue arrancada...Fue tal el efecto, tan profundo, que las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, sin ningún dolor, todo por la emoción en el estado más puro y animal, probablemente.
Una vez recuperado el aliento y sólo cuando sus ojos se despejaron de su acuosa cortina, se encontró con una diminuta lagartija, que sin prisa se encaminó hacia la salida. La siguió inconscientemente, con cuidado de no acercarse demasiado, no fuera a asustarla o algo peor, a pisarla...y de repente se detuvieron ambas. Sin dudarlo tiró de la gran puerta y esperó a que el pequeño animal saliese primero, no fuese a ser, como decían sus ancestros, un alma en pena buscando consuelo.
También ella salió de nuevo al exterior, cerró la puerta y retomó su paseo, más despacio, sin mirar atrás, pero con la sensación de que aquello en donde ponemos nuestra energía y nuestro esfuerzo acaba por impregnarse de una especie de pátina de nosotros mismos, que pervive más allá de nuestra caduca humanidad y que sólo algunas personas son luego capaces de acariciar levemente, pero cuando ocurre, de algún extraño modo, nos hace inmortales. Sonreía.

sábado, 3 de septiembre de 2011

RESACA

Mirando a un cielo de nubes blancas, interrumpió su pensamiento, ya bastante confuso, el vuelo errático y mareante de una mosca. Tras unos segundos cerró los ojos.
Sería así la ceguera blanca de la que hablaba Saramago? Por que parecía que las nubes traspasasen sus párpados y se adhiriesen a sus pupilas cansadas...Y allí las dejó quedarse durante un buen rato, hasta que como en el teatro, lentamente se cerró el telón, las luces de su cerebro se fueron apagando, los ruidos se alejaron y en brazos del esquivo Morfeo se dejó mecer dulcemente.

jueves, 1 de septiembre de 2011

ESPEJISMO

Cómo olvidar lo que no hubo o cómo sentir lo que no fue?, se preguntó...Es tan difícil lidiar con esos sueños cuya frontera con la realidad es apenas perceptible! Y por eso no encontró respuestas, pero cada vez que pasaba por aquella ciudad con río, si alguna vez se detenía en un café, esperaba que el destino las colocase frente a frente, aunque seguramente se cruzarían y continuarían su camino, como el mismo río, sin siquiera detenerse.
Es lo que ocurre con los espejismos, que cuando parece que estás a punto de tocarlos con la temblorosa yema de los dedos, se rompen y desaparecen como una frágil y liviana pompa de jabón...