domingo, 16 de diciembre de 2018

Gota que agota
desborda
hiere
empapa
explica
enturbia
aclara
arrastra
contagia
desarma
amenaza.
Pequeña
transparente
poderosa
salada lágrima.

domingo, 25 de noviembre de 2018

MUTATIS MUTANDIS

Día... 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 9, 10, 11, 12, 13, 
Mirando fuera y escarbando dentro. Muy adentro.


Día... 14, 15, 16, 16, 17, 18, 19, 20
Salto sin red. Inmersión terapéutica.

Día... 21
Escuchas como desde la mordaza de las cajas -lejos- piden a gritos salir y agitarse hasta desencuadernarse...Maiacovski, Pessoa, Yourcenar y tod@s l@s otr@s. Te llega el insistente golpeteo de la virgulilla de la ñ, las tildes y los signos ortográficos (pom,pom,pom), todas las letras desordenadas, todas las ideas en revolución, sin obtener respuesta, mientras tu, enfadada a veces, pierdes pie sin poder rescatarlos y te dices Todavía como consuelo y vuelves al vértigo del naufragio, a aquel Fénix, al otoño y sus melancolias, al silencio afilado como una cuchilla, al viejo reloj  y a tu tiempo al tiempo, socorrido y necesario.

Día... 22
Vuelves sobre tus pasos y tus pesos, te tanteas la chaqueta y los bolsillos, sacudiendo las pelusas de la ropa, pelos de perro, una cana fugitiva y un resto de ceniza, mientras el griterío va en aumento e imaginas los cuadros de tus camisas ordenándose por colores, los pantalones de piernas cruzadas y los calcetines bipolares y mal emparejados. Y los zapatos, las babuchas y las botas?... menudo estruendo en la urgencia de correr y llenarse de barro -todos juntos y tan solos-.

Día... 23
Y tu aquí, el frío, la lluvia, la libertad condicional, sin sombrero, sin bufanda, sin bastón en que aliviar  la cojera intermitente, sin música, sin lectura...sin las cosas pequeñas que hacen hogar. Sin hogar en esta vorágine imposible de ahora sí, ahora no. Y en medio de todo o alrededor de todo o pese a todo....empeñada en resistir.

Día... 24 
Resistencia, resilencia, barricadas, pequeños gestos íntimos y diarios, la vida dando pataditas o patadas en el culo inquieto o en toda la cara y tal  y tal...., paciencia estirada cual chicle, pataleos públicos y privados, etc, etc, etc...pero al fin, pronto, cierto orden, cierta calma.

Día... 25
Con un pie puesto en firme y el otro dispuesto a seguir caminando, hay que echarse a la calle, ponerse por montera lo que toque, dejar la falsa seguridad de la retaguardia y avanzar.

Avanzamos nuevamente, mudando... 


 

viernes, 16 de noviembre de 2018





LA ALDABA A LA QUE YO NO LE DABA

Cuando sólo la tocaban los mayores, porque yo era demasiado pequeña para hacerlo, me moría de ganas de crecer para conseguirlo. Sin embargo, qué desilusión, terminé creciendo, pero lejos y no pude, y cuando pude, se había vencido una parte del tejado, la naturaleza había tomado al asalto el patio, la huerta y el jardín y hecho imposible subir la escalera de la galería, pero subí igualmente por la entrada principal, aquellos cuatro o cinco escalones de piedra y la vieja puerta de madera allí estaba, sujetándose en sus herrajes oxidados y vencidos por el tiempo y moribunda, en el centro, la no menos vieja aldaba de hierro, por fin a la altura de mis ojos y al alcance de la mano. La así con el ansia y la torpeza de la infancia enredándome los dedos y golpeé una vez, haciendo vibrar el mortal silencio del interior de la casa e insistí una vez más, pero ya no sonó, se desmayó en mi mano, sospecho que agotada de tanto esperar para hacer realidad el sueño de aquella niña que fui y cumplida su misión, dulcemente se rindió,
Desde entonces me acompaña en cada hogar que he ido teniendo, retirada de sobresaltos, que ya está muy mayor, pero siempre donde pueda verla, no sea que alguna vez tenga que dar algún otro golpecito a la memoria y me haga falta.

(RECUERDO de la casa de mis tatarabuelos y su aldaba maravillosa)

jueves, 8 de noviembre de 2018

VENDAVAL ENTRE TABIQUES


-Me acuerdo...contraluz, silencio, que no tiene cinturón y sus vaqueros caen un poco y del golpe de ternura cuando toma con naturalidad mis gafas si le hacen falta.

-Me acuerdo de Georges Perec y me acuerdo de mi cuardeno rojo y me acuerdo...Otro día de lluvia, la voz ronca todavía y la última mosca del último verano insistiendo en dibujar infinitos sobre la pantalla.
                                         Plás.
                                                Cambiamos insecto volátil por mancha rojo Kandinsky.
                                         Click.
                                                 Música. Hum. Viejos boleros y limpiarse los zapatos.

El mundo entero en un cuarto pequeño.
Es fácil ir y volver, del teclado a las faenas, de las faenas al infierno o viceversa, mientras se suceden, involuntariamente, incluso durante un ataque de tos, vaivenes de memoria y tomo nota mental.

1-Pequeñas Travesuras de hoy: hacerme la dormida por no dar conversación y negarme a comer otra cosa que no fuese sopa portuguesa y pan de centeno. Toda la culpa es de Mafalda, aunque a ella no le gustase la sopa. Terrible sería no haber conocido nunca Portugal, que no se me olvide volver.

2-Puñeteras impaciencias: insistir en escribir y eliminar, escribir y eliminar,  mismo mensaje en repetidas ocasiones. Resultado último, vence Eliminar.

3-Dolores cerebroemoviscerales...esos que tienen que ver con la lucha entre lo deseado, lo debido y lo permitido. Opción paliativa: esperar sin hacer ruido, no sea que nos desasosieguen o revuelvan nuestras cosas.
                       Parón y fogones.

 Y.........Ohhhh, me acuerdo, me acuerdo, de un libro al azar en una estantería, abierto también al azar, hace muchos años, apenas pasada la adolescencia: Ojos de Perro Azul, de G.García Márquez y la primera frase decía..."tengo miedo de que alguien entre en esta habitación y me revuelva mis cosas".
El miedo, el mio, era fundado. Afortunadamente.


        




miércoles, 24 de octubre de 2018

EN UN PAIS MULTICOLOR




 "En un país multicolor"...aquella cancioncilla de la abeja Maya, que creía yo que ya nadie escuchaba y mucho menos verían sus dibujos, pues no, al menos la tonada sí que suena y lo he descubierto hoy en uno de mis paseos. Y esto no es un ejercicio de nostalgia de canciones infantiles, es más bien el efecto magdalena de Proust, pero más pedestre y que lo que me ha desatado es otra nostalgia, una mucho más profunda y desoladora. Nostalgia de un país como el del título, multicolor, libre, con derechos, con ilusiones y también con lastres, que no todo fue maravilloso e incluso algunas irisadas burbujas acabaron por estallarnos en toda la cara, pero entre el pasado de tinieblas y el incierto futuro, el presente estaba lleno de esperanza y de sueños. Sin embargo ahora, al menos desde mi posición de espectadora beligerante -aunque os suene contradictorio, quizá explique mi percepción en otro momento-, entre el pasado crítico (de crisis) y el tenebroso futuro, que no se si estamos, perdón, están por repetir...el presente está cargado de seres desganados, de ignorancias supinas, de desinformación y travestismos políticos, de corruptelas y grandes corrupciones, de enoooormes dudas y cero interés en buscar respuestas y/o caminos que nos saquen de esta modorra de sofá-cama.
Me cuesta  leer la prensa, no sólo por las noticias en sí mismas, tan desalentadoras casi siempre, sino porque ya no se qué periódico leer, que ya todo lo leo con los ojos cargados de preguntas...De la televisión, las radios o los noticieros digitales, reconocozco que más de lo mismo, tremendas ganas de sumirme en el silencio e intentar que  no me duela todo lo que me duele. Y entonces tiendo al ensimismamiento, a otras lecturas y otras músicas y me descuelgo por la escalera de la memoria buscando donde coño dejamos de ser quienes fuimos y a donde hemos llegado mirándonos sólo el lustre de nuestros zapatos... En fin, quizá esta reflexión, probablemente escrita con torpeza y ningún deseo de hacer un relatorio de desastres venidos, sobrevenidos o por venir, sea poco compartible, pero como me importa un pimiento, ahí se queda.


miércoles, 24 de enero de 2018

FRENTE A MI VENTANA



En la galería, en mi mesa frente a la ventana, con los perros dormitando sobre su manta a pocos pasos de mi, ella en el estudio, también muy cerca y por lo demás...todo silencio, relativo obviamente, pero mucho más silencio que en la ciudad. Un silencio sanador, al menos en mi caso, tanto que cada día, cuando la tarde empieza a perder su luz, siento una renovada alegría ante la idea de disfrutar ese tiempo, unas veces más largo que otras, pero que siempre es bienvenido.

Esta noche vuelve a llover, la aldea donde ya casi vivo se repliega sobre si misma y tras los cristales se ven apenas las ténues luces de las casas y el humo de las chimeneas y este silencio de agua que ameniza estos instantes de placer sólo se interrumpe por algún chasquido de la leña en la chimenea.

Pienso en mañana, en lo poco que podremos hacer fuera y me sonrío, porque se está tan bien dentro, en la casa y en una misma, bueno, en una misma a ratos, que a veces hay más ruido en la maraña emocional de la que una quisiera. Pero, de todos modos, encontraré la forma de acallar lo que me incordie...y quizá escriba...o no, o tal vez estudie algunas cosas pendientes...o no, o me siente a leer tranquilamente...o no, porque hay todavía tantas pequeñas cosas por hacer...Difícil se me hace ahora decidir y me doy cuenta de que además estoy tecleando como excusa para retrasar el momento de las cotidianidades (cena, sofá, no se qué en la televisión, el sueño o no sueño, la hora de irse a dormir...el cepillo de dientes, un último pis, ponerse el pijama...), pero habrá que ir, que me esperan.

Buenas noches y feliz silencio.

sábado, 20 de enero de 2018


 PRETERITO -cuasi- PERFECTO


He visto caer muros, pasar vendavales, las cambiantes estaciones, trenes a  menudo a ninguna parte y recomponer los pedazos a personas muy rotas.

He sentido fríos heladores, tórridos agostos, penas que parecían infinitas y alegrías que duraban lo que apenas una frágil pompa de jabón.

He escuchado arengas insoportables, súplicas que se llevó el viento, promesas incumplidas y soflamas que quizá alguna cosa dejaron incendiada.

He tocado y retocado el infierno más allá de lo saludable, el cielo con el cuerpo entero en muchas ocasiones y las utopías, todas y cada una...cada día.

He dicho núnca más todas las veces, lo siento tantas...o más, te quiero contadas y siempre ciertas y hasta nunca ni una sóla vez.

He amado un mar hace mucho tiempo, la tierra que me sustenta y me serena desde siempre, la luz de otros ojos y a mis hijos más que a nada/nadie.

He lamido mis heridas y las de otr@s, los helados de la infancia escurriendo brazo abajo, la mejilla de mi abuela para hacerla rabiar y algún lóbulo esquivo, un vientre o una entrepierna -perdón por la franqueza-.

He besado bocas que quisieron mis besos, las huellas de algunos pasos, la frente de mi madre y mis hermanos y los rincones que he podido de quienes he deseado y me dejaron...

He escrito desde que apenas supe escribir, para mi siempre y compartiendo cuando me ha apetecido o me apetece...En definitiva y parafraseando a quien lo hizo mucho mejor que yo, habré de confesar que "he vivido"....

jueves, 11 de enero de 2018


ME DUELE...

 


Me duele cada mujer muerta y me duele cada vida hecha jirones. Me duelen y horrorizan en igual medida, pero también me revuelven las entrañas los eufemismos... "violencia de género" dicen, sí, de género machista,  leyes que también dicen que cuidan de nosotras, obligándonos a estar vigiladas o escondidas fuera de nuestros hogares, mientras ellos, los de género violentamente machista, campan a sus anchas tras la línea imaginaria de una orden de alejamiento...hasta que deciden traspasarla y mutilarnos, asesinar a nuestros hijos y casi siempre a nosotras mismas.
Cuantas más noticias saltan a los medios, cuanto más pienso en como aumenta el contador de las víctimas, en como nos violan - en solitario o en manada-, en como en lugar de que ellos sean cada vez más nuestros compañeros, son cada vez más nuestros amos y verdugos, más me cuesta contener la rabia. La rabia y la vergüenza cuando algunas "señoras de"o  futuras señoras de (mal empezamos, pero así van todavía las cosas) cómodas y conformes en el más rancio patriarcado, intentan justificar lo injustificable apelando a que ahora parece que "los maltratadores"son más y peores porque en realidad lo que ocurre es que la mayoría de las veces denunciamos falsamente.

Soy madre de un hijo y una hija, y a menudo les miro mientras comentamos con tristeza "una barbarie más" y se me hace un nudo en el estómago, un nudo que es mitad esperanza y mitad inquietud. Esperanza en que hagamos de ella una mujer fuerte, independiente, con los sentidos atentos para no permitir que ninguna bestia la hiera y que pese a todo viva libre y sin miedo.
Esperanza en que el,  también libre y sin miedo, no haga diferencia alguna entre sexos, salvo para elegir -como ella- aquel que más le guste. Que no vaya salvando princesas, porque nos salvamos solitas y que simplemente vea seres humanos iguales y afines con los que andar,  codo con codo, caminos nuevos y más justos.

Pero también pesa la inquietud por todo aquello que no está en nuestros manos...l@s amig@s, cuyos principios obviamente dependen de otr@s, los mensajes equívocos, la publicidad sexista, la escuela con sus dinosaurios, la política con los suyos, el lenguaje tan difícil de cambiar, las leyes que amparan las desigualdades, etc, etc, etc....Fuera hay un inmenso campo lleno de minas que hay que ir desactivando, arduo trabajo y todavía muchas menos manos de las que serían necesarias...Aunque, como buena optimista que soy -a pesar de que a veces no lo parezca-, creo firmemente que llegaremos, empezando desde el granito de arena del hogar...educando, educando, educando....

martes, 9 de enero de 2018


 OS DESEO OTRO MÁS





-Escribana de mechones rebeldes...Estás ahí?
-Un poco más lejos del mar, pero sí.

Fuera llueve un agua mansa, dulce y necesaria. Dentro hay suspiros escondidos, agua salada en el vértice de unos ojos trás unas viejas gafas. O son los ojos los que han envejecido? No más de lo esperado, probablemente.

Fuera crecen arces nuevos y una mahonia, regalos de un hombre bueno; aroma de orégano y tomillo en las ventanas, plantados por estas manos que teclean. Dentro una begonia...hija incombustible de otra que alegró mi lejana infancia, herencia de mujeres bravas, de mi abuela a mi madre y ahora de mi madre a mi, que ni tan brava ni tan entera, pero intentando hacer lo que buenamente puedo.

Fuera se asienta el invierno y dentro intentando guardar eternamente la primavera, porque hasta donde alcanza la mirada cansada  -o con presbicia creo que se dice- se ven todos los verdes y los ocres y la tierra. Y más allá la frontera política con un país amado, el rio que nos une y nos separa  y aun un poco más allá, hijos cuya altura, no sólo física, empieza a sobrepasarme, árboles que arraigarán pronto en el entorno de mis días y semillas que en cualquier evento meteorológico venidero se convertirán en flores.

Se está bien en las noches al calor de esta lumbre y en los frescos amaneceres, bajo el porche, respirando la primera bocanada de aire.

Fuera y dentro...os deseo otro año más de vida, con todo lo que eso conlleva, pero ya sabéis lo que se cuenta...que mientras hay vida, hay esperanza. No desperdiciemos  ni la una ni la otra.

Hasta pronto.