lunes, 28 de abril de 2014

NADIE QUIERE PREGUNTAR

Como cada semana, de lunes a viernes, he llevado a mis hijos a sus respectivas actividades, pero hoy, al contrario de otros días en que vamos de charla o cantando, hemos hecho un hondo silencio para atender a la radio, que en una entrevista a un biólogo se hablaba de que hasta ahora no existía una guía para diagnosticar el origen del dolor en los niños, el dolor físico.

No hemos podido terminar de escuchar la entrevista porque llegamos a nuestro destino, aunque sólo los ocho años de ser humano que es mi hijo y yo, ya que a Leire le correspondía otro lugar. Cuando detuve el coche, Carlos no hizo ademán de bajarse de inmediato como es costumbre -ya que solemos llegar muy justos en nuestro afán de aprovechar hasta el último segundo para estar juntos-, al contrario, parecía petrificado en el asiento de atrás.

-Carlos, baja que llegas tarde!
=Mamá...entonces ahora ya sabrán qué le duele a un bebé?
-No lo sé...tendríamos que enterarnos mejor.
=Y cuando el dolor no es físico, qué?
-Qué de qué?
=También harán una guía? Porque sería una tontería.
-Una tontería? No creo...
=Sí mamá, a menos que seas un bebé, bastaría con escucharnos...Pero, claro, nadie quiere preguntar.

Acto seguido cogió su mochila y su chaqueta, se coló entre los dos asientos de delante y me besó en los labios. Yo le tomé del brazo para retenerle y pregunté...

-Lo dices por mi???

Respondió sin pestañear un rotundo NO y luego  me regaló una de sus enormes sonrisas y otro beso acompañado de un fuerte abrazo, salió del coche y le vi irse sin poder decir palabra...y preguntándome si es feliz.



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