martes, 10 de septiembre de 2013

EN LAS ARTERIAS

Mi insomnio a veces parece que se cuela en las arterias, late en mis cuello y en la sién. Siento como corre hasta los pies y en el retorno golpea con fuerza, como si fuese a estrellarse al llegar a mi cerebro y de ahí pudiese desbordarse en una sonora y borboteante hemorragia: verbos, adjetivos, números, colores, signos de ortografía...

La piel también se impregna de imágenes recurrentes -caminos de sal, esa escalera en la que siempre temo volver a caerme, mi casa de la infancia, la sed...- y otras nuevas como hoy...un banco en penumbra, la espalda apoyada en la pared, mi pelo ya totalmente encanecido y la promesa de dejar de fumar todavía por cumplir.

Cerré los ojos para quedarme abrazada a esa imagen e intuí su presencia serena, su respiración y luego su mano cálida sobre mi muslo. También su cabello era más gris, pero el horizonte que nos miraba guardar y compartir silencio estaba muy lejos del mar, tan lejos que cuando creí reconocer su olor en el viento tuve miedo y entonces me dormí.








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