martes, 22 de octubre de 2013

CUENTO Y FINAL DEL OVILLO

(No hay nada como poner orden para que sucedan encuentros inesperados)




Marzo, sol y el cielo infinitamente azul de Madrid, azul la hamaca de la terraza y azul marino su ropa. El largo cigarrillo entre los dedos, todavía sin encender y cierta desgana en el cuerpo. Se incorporó y colocó los codos sobre las rodillas y la cara entre las manos, no sin antes comprobar en su viejo "Continental" automático que era demasiado pronto para que ella regresase.

Después de unos segundos sintió un ligero cosquilleo en la mejilla, pasó los dedos por ella y descubrió que era un hilo naranja, que a saber de dónde había salido. Al ir a retirarlo del todo de su rostro observó que era más largo de lo que parecía y comenzó a tirar de el. Tiró y tiró, dejando reposar a sus pies, ante su sorpresa,  el ovillo que iba formándose, mientras pensaba en la niña que iba a nacer, en como se movía ya en aquel vientre amado. Pensó en el futuro, siempre incierto, en los sueños largamente anhelados, en el campo, en el mar...y el hilo parecía ser infinito, pero al mismo tiempo iba sintiendo una curiosa sensación de alivio y de levedad, como si fuese esponjándose al sol de primavera y justo cuando intuyó que el hilo llegaba a su fin...cerró los ojos y se adormeció.

De fondo escuchó sus pasos, su voz familiar llamándola por su nombre, como siempre. Imaginó el perfil de su cuerpo, su olor y su piel, sin añoranza ni tristeza y antes de sentir que se iría definitivamente percibió su calor y su voz muy cerca...

-Pero dónde está esta mujer?
-...y este ovillo...qué hace aqui?


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