sábado, 26 de octubre de 2013

APUNTES PARA UN RETRATO

Dedos mágicos que tejen vida, su pequeña cabeza guarda toda la luz del sol. Con sus pies diminutos abre grandes surcos que luego siembra con sus sueños de mujer de mal dormir. Y su cuerpo?... De sarmiento y flexibilidad de bambú enarbola una bandera multicolor.

El fluir de sus ideas, eso sí me costará pintarlo... Se parece tanto a la lluvia en otoño! Unas veces suave y lenta y otras de tormenta, con su intensidad y su viento variable.

Los hombros erguidos en días de decisiones bien tomadas o pesados como un mundo cuando la melancolía o la duda la repliegan a sus cuarteles de silencio, aunque yo la dibujaría siempre caminando enhiesta como una caña verde, porque en realidad nunca se detiene.

La sonrisa es fácil, grande como su boca, pero sus ojos, que alguien definió como que en ellos se habían estrellado las Cíes, mejor ni tocarlos si no es para dejar sobre sus párpados otro mar de besos.

En cuanto a sus canas, que peina unas cuantas, prometo que las haría una a una, las que ya tiene y las que vendrán.

Y por último, su alma de apicultora y su corazón de tierra fértil, preludio -que decíamos ayer- de tiempos de miel y castañas, intentaré sólo acariciarlos desde muy cerca.




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