jueves, 17 de octubre de 2013

UN BREVE RECESO

Un alto en el camino o más bien un breve receso para tomar una infusión caliente, fumar un cigarrillo y pensar en otra cosa y no necesariamente más grata...

Pienso en una conversación referente a cuanto me incomoda hablar de las finanzas propias y de las ajenas. Siempre siento cierto pudor al respecto, lo mismo en tiempos de bonanza que en los peores tiempos, que de todo ha habido en mi vida, que ya no es corta, obviamente. Sin embargo, ahora que tocan vacas flacas para una inmensa mayoría, el tema me ocupa y preocupa más de lo que quisiera, porque también para mi pintan bastos y no hay manera de evitarlo, al menos escuchar, que hablar hablo poco de mi propia situación y escucho porque creo que eso a veces descarga a quien me cuenta.

También a veces me ha tocado escuchar a quienes les va bien o mejor que a los demás y ahí casi que todavía empeora mi malestar, no necesito, no quiero saber de patrimonios, dineros, inversiones ni números de ningún tipo de nadie. Me violenta y además creo que expone a quien no cuida de la  información sobre "su cartera" a encontrarse con indivídu@s amig@s de lo ajeno, que haberl@s hail@s, dispuest@s a tejer su interesada red en su provecho, claro está.

En fin, que pongo la radio o veo en la televisión o en la prensa... estadísticas, gráficos, grandes números que dicen que los ricos son cada vez más ricos y los pobres, como siempre, cada vez más pobres y que incluso la tan mentada clase media va camino de desaparecer y me genera angustia y preocupación y zozobra, pero no me saca los colores. Detrás de todo eso hay miseria, dramas, pero desprovisto de los rostros y de la voz de quienes lo padecen lo encajo con más entereza y como digo, no me saca los colores, porque en realidad a quien debiera sacárselos es a aquellos que se lucran en el río revuelto y a quienes nos gobiernan sin conciencia.

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