martes, 11 de octubre de 2011

Y OTRA VEZ MADRID

Carmen y Marisa, de incuestionable lealtad compartida
Eduardo, osete apacible y cariñoso.
Ivan, recién llegado y con méritos propios para quedarse.
Mercedes, de silencios siempre cercanos y palabras justas.
Miguel, amigo sin fisuras y guardián de mil recuerdos.
Mónica, con sitio propio y merecido.
Ros, dulce, constante, inquebrantable Ros.
Paola, caja de sorpresas y avatares.
Elena y Clara, recuperadas y queridas.
Asier, conversador incansable y ameno.
Marcos, más allá de lo obvio, enorme pedazo de mi misma.
Y Madrid, imposible, apresurada, acogedora, recobrada, odiada-amada ciudad, a la que inevitablemente regreso.
Gracias a todos por cada instante y hasta pronto, siempre.

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