jueves, 4 de abril de 2013

HASTA MAÑANA

No hay palabra capaz de emocionar lo que puede algún silencio, ni palabras capaces de herir como puede otro silencio. También hay silencios tóxicos, que envenenan a quienes lo mantienen y a quienes lo sufren y es que el silencio siempre es cómplice, para bien y para mal, así que conviene aprender a manejarlo.

SILENCIO. Se sueña.




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