lunes, 28 de mayo de 2012

EL VALOR DE LOS SUEÑOS

Lo sueños, eso tan personal y tan intangible casi siempre,  no son lo mismo cuando se comparten que cuando no, ni por supuesto, cuando se creen compartidos y luego la realidad se encarga de abofetearnos llamándonos idiotas. Sin embargo, los sueños son un alimento vital para quienes nos reconocemos personas con capacidad de soñar, pese a los traspiés o pese a quienes, sin anestesia, pretenden inocularnos el vicio, el mal vicio de no mover el culo, de no hacer el más mínimo esfuerzo por ayudarnos a tocar levemente esos sueños.

Los sueños, los que sean, unos con visos de alcanzarse y otros tal vez condenados al más estrepitoso de los fracasos, son parte fundamental del hecho de vivir, como ocurre con el valor de no rendirse, la decisión firme de pasar de la línea recta al zigzagueo cansino, pero a veces necesario....Son el condimento de los días grises, generadores también del desaliento cuando los vemos escurrirse entre nuestros dedos, pero bueno, si algo nos sigue quedando siempre a los soñadores, pese a todo, es el haberlo intentado. Sea cual sea el valor que otros les den a esos sueños, a nuestro esfuerzo o a nosotros mismos.

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