miércoles, 16 de mayo de 2012

Me desperté muy de madrugada, sudando y con los puños apretados, probablemente fruto de una pesadilla que no recordaba, pero que puedo imaginar. Por ahí estaría librando batallas que no quiero, en inútiles lides que no he buscado, a no ser por omisión en ejercer de lo que debiera..., pero el caso es que me desperté y añoré hasta el dolor la compañía de otro cuerpo en el que acurrucarme, unos brazos en los que refugiarme y volver a dormir. Sin embargo, me encontró el primer sol de la mañana con los ojos como un búho y la agenda llamándome a gritos.

No ha sido un buen comienzo ni será, seguramente, una tarde serena, aunque sólo sea por la falta de descanso, pero con todo, de vez en cuando me sonrío para mis adentros, sin descomponer ni un ápice el gesto profesional de "aquí no pasa nada" y pienso en el regazo en el que recostaría esta dura cabezota, en el abrazo reconfortante de quien quiero o en la boca que besaría hasta extenuarme ya del todo...y eso, que me sonrío y me digo, "anda, nena, que no todo está perdido".

Feliz miércoles, con o sin motivo.

2 comentarios:

  1. Bueno,siéntete abrazada x mi desde la comprensión q trae consigo las vivencias de peripecias similares. Besos madrileños.

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  2. A ver...:
    La felicidad es olvidarse de los problemas; valorar lo que se tiene y cantar hasta quedar afónicos ¿CANTAMOS?
    ¡Hoy es miércoles maravilloso!

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