martes, 13 de agosto de 2013

BUENOS DIAS

Hoy me ha despertado la ciudad.

Qué pésima costumbre la de tocar la bocina a cualquier hora del día o de la noche!  Parece que algun@s se sintiesen en la obligación de comunicar al mundo que ya están en marcha o que todavía no han dejado de moverse, como si me importase, es más...me molesta, por no decir que me cabrea soberanamente.

Luego están las nada simpáticas gaviotas, que no contentas con sus irritantes voces, algunas se empeñan en pasar  a dar los buenos días y me temo que cualquier mañana, ahora que las ventanas están siempre abiertas de par en par, alguna no se cuele a picarme un ojo, por ejemplo, por ver si confirman que estoy totalmente despierta o por tomarme de aperitivo.

Por otro lado están l@s vecin@s del edificio, que algun@ que otr@ se empeña tercamente en ponerse el desayuno con orquestación incluida, o sea, clin-clin de tazas y cucharas, pipipipi del micro, pumbas variados de las puertas de muebles de cocina, tinc o varios tincs -dependiendo del hambre matutina- de la tostadora soltando la pertinente tostada, sospechosos crunchs de alguienn masticando cereales con la boca abierta -ay, qué mal nos educan- con la cabeza por la ventana, que sino no tiene explicación posible. En fin, un tormento. Sin embargo, que la ciudad desperezándose se empeña en que yo también lo haga, pues vale, a ello, aunque en estos casos necesito al menos una hora para encontrarme en disposición de afrontar las rutinas diarias. Mi máquina inperfecta va incorporándose lentamente a la realidad, de arriba a abajo, es decir, primero esta dura cabeza mia, luego el tronco y ya de cintura para abajo empezamos con la pereza. Vamos, que no me da la gana de empezar a correr tan pronto, que hoy no tocaba tan temprano, así que apenas me he movido para hacerme un zumo y me he instalado a ojear los correos pendientes, un breve paso por el FB, un vistazo a la prensa y he terminado en el confortable abrigo de las palabras, para decidrme, por fin, a coger este miércoles por las orejas un poco más ligera y definitivamente bienhumorada, que ya se encargará el resto del día de ir encogiéndome las ganas. Casi seguro. Pero de todos modos, buenos días.

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