martes, 30 de agosto de 2011

PULGARCITA

A medida que empecé a alejarme, como una pulgarcita de cuento, fui dejando tras de mi un reguero de mis personales piedrecitas para ella -líneas sueltas, guiños, sonrisas, músicas y algún mal verso...- que nunca vino a buscar. Y al fin un día, ya cansada, vacié el contenido de mis bolsillos y a un lado de mi camino abandoné su imagen, sus pocas palabras, atesoradas hasta entonces con ternura, junto al recuerdo de su hermosa voz, y así, más triste, pero más ligera...me fui silbando...

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