viernes, 15 de junio de 2012

DOS MUJERES

En mi rincón favorito del Malandanza, junto a la ventana, donde estoy ahora y desde donde escribo, con un ojo en el movimiento de la calle y otro en el ordenador, hace un rato estaban sentadas dos mujeres, cuyo perfume curiosamente permanece. Dos mujeres sujetándose las ganas, aunque no todo el tiempo conseguían contenerse... 

Mientras seguía con el trajín habitual, detrás de la barra, no podía evitar mirarlas a hurtadillas, sin que hubiera en ello nada más que el doloroso despertar de viejos y lejanos recuerdos y en el fondo, no demasiado en el fondo, las ganas de volver a sentir el sabor de otra boca y en la piel el calor de otra piel.

En algún momento nuestras miradas incluso se encontraron e intercambiamos una sonrisa. Luego, al irse, cruzamos unas palabras y quedamos en que volverían a vernos.

Me quedé fumando un cigarrillo viéndolas alejarse y me alegré, me alegré mucho por ellas, que además van a casarse en apenas un mes y lo contaban eufóricas, pero lo sentí, también mucho, por mi.


No hay comentarios:

Publicar un comentario