lunes, 4 de junio de 2012

SOBRE LA CAMA

Lunes razonablemente fructífero, con algunas pequeñas alegrías y al fin, la ducha sin prisa, dejando irse por el desagüe ciertos sinsabores. Luego el placer de dejar la toalla y tumbarse desnuda sobre la cama, todavía con más de una gota escurriendo por la espalda, el olor familiar de las sábanas que se han secado al sol y el silencio en la casa, roto apenas por algún suspiro en sueños de mi hijo pequeño.

Lo de estar unos minutos desnuda sobre la cama, es una vieja costumbre y como he dicho, un auténtico placer, sobre todo ahora que hace calor. Un placer que es mucho más intenso si puede compartirse con otro cuerpo desnudo y amado al lado, cosa que he podido hacer, por suerte, muchas veces, insisto, "muchas veces", no con muchos cuerpos, ya que durante años fue siempre el mismo. Sin embargo ahora no es en ella en quien pensaba cuando he cerrado un instante los ojos, ni cuando un leve latigazo sacudió mis riñones...Pues no, no era en ella en quien pensaba...

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