jueves, 20 de diciembre de 2012

EN LA ORILLA


"Hoy he recordado
-extraño olvido-
que en invierno no trinan los pájaros,
que como en el tango,
la nieve nos platea la sién
y el tiempo y el viento
nos curten la piel..."

He seguido en mis olvidos -no queriendo recordar que por ti supe que tenía corazón- mientras la fría lluvia de diciembre, mansamente, arrastró mis huellas hasta el fin del viaje, la mar, donde la sal y la espuma confunden  los sueños y los días... y donde, como siempre, tu al timón y yo en la orilla, torpe proel que fui otrora en tu barco.

"En la orilla,
viendo languidecer las estrellas
y la perezosa luna,
mientras,
ahora sí... ahora no,
los destellos del faro
acompañan el eterno vaivén de las olas.

Hice añicos una frágil concha entre las manos,
savia nueva para la arena
y unas gotas de sangre amarga,
hiel de ira,
empañaron tu memoria."


Aunque ya no me desangro en las fauces de la fiera, porque ya no me importa tanto el devenir de tu historia, pero eres sombra, al fin y al cabo, de quien fui y quien soy ahora y aun sin sol, la sombra nunca se pierde.










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