domingo, 18 de septiembre de 2011

GRACIAS

Noche de viernes de este cálido septiembre, en que no recordaba la última vez que nos sentamos a cenar, juntas y solas, seguramente por que hacía demasiado... Pero ahí estábamos de nuevo, como en el tango, "con la frente marchita y las nieves del tiempo plateándonos algo más que la sien" y sin embargo compartimos la risa, la ternura de siempre iluminándole los ojos, los besos sin escalas intermedias, de su boca a mi boca y los abrazos largos y dulces... Hicimos concesiones a la memoria y al presente y al futuro...Y en algunos momentos de la noche tuve -pura magia!- otra vez poco más de veinte, de veinte alocados, inconscientes, apasionados años..Aquellos que paseé de su mano por la calles de la ciudad amada, cuando nos bebíamos las noches casi sin descanso. Nos recordé, al borde del delirio, en algún callejón del casco viejo, sin poder esperar para llegar al cobijo de la casa, pero también conversando sin prisa al tibio sol de primavera en cualquier terraza. Y esta noche hubo también música, la música que inevitablemente la rodea. Desde que nos conocimos, siempre, siempre, siempre que miraba hacia atrás, al tiempo que compartimos como amantes, siempre, siempre, siempre ha estado lleno de música, de música que tampoco he olvidado...Como no he olvidado su propuesta de irnos a Bahía, ni los cafés en la buhardilla, ni siquiera una bofetada, la única, que recibí por sorpresa...

Podría seguir desgranando aquí todo lo que no olvidé y que esta noche he revivido, querida mía, pero, a pesar de tu confesión de que me visitas cada día, para ver lo que estas torpes manos han tecleado, prefiero que haya otras noches como esta y contártelo sin prisas.

Gracias, por mantener el lazo que nos une, por fortuna, ya irremediablemente.

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