miércoles, 6 de julio de 2011

ESA DIOSA CIEGA...

Cuando empiezo a escribir estas líneas todavía tengo el vello de punta y el alma estremecida. Aprovechando un hueco en el trabajo he echado un vistazo a la prensa local y me he encontrado con el relato de un juicio por violencia de género y, a pesar de la falta de nombres he reconocido perfectamente a quienes se refería, por que tengo la fortuna de contar entre mis afectos a la madre y a sus dos hijos, pero sobre todo a la madre, que sé el calvario que está pasando, casi más por sus hijos que por ella misma.
Lo que está ocurriendo, o sea , la primera sesión del juicio ayer y la segunda hoy, a puerta cerrada, pero no tan cerrada que no haya trascendido a la prensa, tiene que ser para ella como estar en una montaña rusa en la que , entre subida y bajada, le hiciesen ver flashbacks de la peor parte de su vida, si puede llamársele así a esos años –demasiados años hasta que se rompió la soga que la ataba-. No voy a seguir la línea del periódico relatando los detalles, por que no seré yo quien continúe torturándola con tan dolorosos recuerdos. Baste decir que ha padecido la violencia sobre su persona en todos los términos posibles. Pero también he de decir, en honor a la verdad, que, como el Ave Fénix, ha sido capaz de renacer de sus cenizas como una mujer valiente y deseosa de ser feliz, como se merece serlo todo el mundo.
Este es sólo un alto en ese nuevo camino emprendido, un alto inevitable y necesario, del que espero, no que condenen al agresor a quince años de prisión, no, a quince años por cada una de las víctimas, que desgraciadamente han sido también el resto de la familia.
Deseo con todas mis fuerzas que mi amiga nunca, nunca más tema doblar una esquina o entrar en ningún lugar, ni que sus hijos se angustien si tarda un segundo más que de costumbre en responder al teléfono, por que la Justicia haya hecho, ni más ni menos que lo que se espera de ella. Y es entonces cuando sí me encantará ver en letras bien grandes en todos los periódicos, la noticia de la sentencia, para que aquellas mujeres que estén pasando por situaciones similares tengan confianza en la Justicia y denuncien, y ellos, los agresores, que tan
impunemente han vivido siempre, sepan que el largo brazo de la ley acabará por alcanzarlos.
(Escrito el miércoles, 06-07-2011)

1 comentario:

  1. Y esa mujer es total y absolutamente digna de mi admiración, cariño y respeto... porque es una luchadora, porque se merece ser feliz, porque ella lo vale, porque sacó adelante una familia que merece la pena conocer, porque le quiero un montón, porque me encanta su sonrisa, porque es buena amiga, porque vale su peso en oro, porque nadie debe hacer lo que a ella le han hecho,porque no hay derecho..... Porque sí,porque lo merece.... ya... de una p*** vez

    ResponderEliminar