jueves, 2 de febrero de 2012

CURIOSIDAD Y OTRAS PALABRAS

En medio de una conversación la noche pasada, me han dicho que soy como una niña curiosa, que requiero explicaciones aun conociendo la respuesta. Y puede ser cierto, aunque en este caso, reconozco, más que curiosidad era la necesidad de escuchar/leer/confirmar lo que suponía...Aclarado lo cual, añado que espero que esa curiosidad se mantenga viva siempre, porque sospecho que, de perderla, habrá empezado un viaje sin retorno hacia la vejez, o no, ya que en realidad envejecemos desde el mismo instante de la concepción, sería más bien una carrera hacia la decadencia, que haría de la vida una mera sucesión de días anodinos y tristes. Así que espero que sigan llamándome curiosa de aquí hasta el final y que la luz de una mirada inquieta no se convierta nunca en la contemplación muda e inútil de los atardeceres.

Y al hilo de lo dicho, de la búsqueda interesada y nada curiosa de ayer, me reafirmo por enésima vez, en lo necesario que es que nos digan cuánto nos quieren, cómo nos desean -si fuera el caso- o lo importantes que somos para alguien...Está muy bien aquello de, "obras son amores y no buenas razones", pero la realidad es que hay que escucharlo/leerlo de vez en cuando y por supuesto, hacer lo propio con quien corresponda. Y no me vale el manido argumento de que "no hay que decir esas cosas alegremente", lo cual es una obviedad, se dice cuando se siente de veras o de lo contrario, no se dice.

No hay comentarios:

Publicar un comentario