jueves, 29 de noviembre de 2012

NI DE COÑA

Música clásica para el relax del alma, el teclado para que la conexión cerebro-corazón-manos deje salir lo que quiera y el mismo lado del sofá -aunque ya no sea el mismo sofá-, para que estos pequeños pies de barro descansen y entren en calor, bien abrigados en unos calcetines de lana, hechos a mano por mi abuela Aurora.

He tenido que salir de casa inesperadamente y ya puesta en marcha me he acercado a la playa y me he regalado un paseo, descalza!, por la arena mojada. Ha sido tan absolutamente placentero, a pesar del frío, el poder disfrutar de todo el recorrido para mi sola -ni un alma, ni una gaviota, ni la sirena de un barco-, que si ya el día había comenzado bien, este rato lo ha hecho casi perfecto.

No estoy bien, me cuesta poner en funcionamiento los mecanismo necesarios para que la alegría no sea tan efímera como lo es últimamente, pero también de los frenazos vitales hay que sacar energías. La reflexión, el silencio, el dolor, la soledad, el miedo...pueden, deben ser fértiles y lo son, al menos para mí ahora y casi siempre. Aunque me he dado cuenta de que añoro más de lo que creía el amor adulto, conflictivo, perverso a veces, pero que da calidez a la rutina, ternura a las noches insomnes...Echo de menos la mano en mi hombro y el gesto de "venga, va, que tu puedes", el abrazo al cruzar la puerta, la certeza de sentirse querida... La pasión del encuentro, el deseo compartido, en cambio, no tanto, porque realmente eso es mucho más fácil de encontrar. Pero bueno, la vida sigue, los días con sus noches se suceden inevitablemente y al final, lo que importa, es no dejar de quererse una misma, que después de todo es lo único que nos pondrá a salvo de otro deseo mucho más dañino y traidor: el de rendirse. Y en días como este, rendirse?...Ni de coña!!!

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