lunes, 4 de febrero de 2013

A UN HOMBRE BUENO

Sé que tomas un tren cada mañana hacia la ciudad en que amé y me amaron y que a menudo pasas a verme. 
No siempre tenemos tiempo, con frecuencia tus horas y las mías van en universos paralelos imposibles y sin embargo, yo también me cuelo a verte en tu paraíso de los cínicos o por la nueva puerta que has abierto...
Nunca me falta un instante para pensarte en medio del revuelo de mis días y ni siquiera ahora que ambos tenemos el corazón enloquecido, el alma en vilo y la vida casi del revés, ni siquiera ahora, nos hemos soltado de la mano y además hoy me ha dado la gana de pararlo todo, de dejar que el resto del mundo gire sin mi prescindible ayuda...para decirte lo mucho que te quiero y que te extraño.

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