viernes, 24 de junio de 2011

CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO, OTRA VEZ.

Cincuenta millones de euros, 50.000.000, con todos sus ceros, es lo que va a costar, en principio, la visita de Benedicto XVI a España.
Cincuenta millones. La cifra me golpea las sienes como una fiebre o un mal dolor.
Pero, porqué tiene que venir? Para qué? Alguien se ha parado a pensar en el número de personas a las que se podría ayudar con todo ese dinero? Y que nadie me diga que es para mantener la fe, ganar adeptos o reconfortar almas.
La fe, si la memoria no me traiciona, me decían de niña que consistía en “creer en lo que no vemos” (conmigo no ha funcionado, al parecer soy más de la duda tomasina, y si no meto la mano en la herida no hay nada que hacer..), pues eso, que no venga, que crean en él también sin verle, por que en Dios ya se les presupone la creencia a quienes le veneran. En cuanto a la captación de nuevos fieles, lo tiene crudo, con tanto caso de pederastia, tanto despilfarro, tanto machismo, tanta homofobia, tanta intolerancia en general y tanta resistencia a evolucionar con la sociedad –podría seguir enumerando “virtudes” eclesiales, pero me alargaría en exceso-. Por más que el Papa pasee su papamóvil, luzca sus carísimas casullas y sus cientos de zapatitos de diseño, si no nos lo creemos, no nos lo creemos. Y en cuanto a reconfortar almas, primero, señor, reconforte sus cuerpos y sus mentes angustiadas por la falta de trabajo y de futuro para sus hijos, y la falta más elemental, la del pan en sus mesas. Poco va a reconfortar con semejante dispendio de euros, que en nada ayudarán a quienes de verdad lo necesitan.
Con la Iglesia hemos topado, sin duda, y en este caso con su versión más ultraconservadora y ejemplo de los atávicos males que siempre la han caracterizado.
Si de verdad existe un buen dios, por favor, líbranos de ella!!!

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