miércoles, 8 de junio de 2011

LO QUE ME CUESTA...

La mayor parte del día la comparto con una persona cuyo comportamiento oscila entre el mutismo más absoluto y el exabrupto injustificado e injustificable, con lo cual lo de compartir es un triste eufemismo.
Esta situación no es nueva, de hecho así estamos desde hace casi seis años. Los primeros tiempos, supongo que por la novedad, fueron más o menos llevaderos, entre otras cosas por que yo mantengo la teoría de que, ya que es en el trabajo donde gastamos una importante parte de nuestras vidas, mejor llevarse bien con los que están a tu lado, pero claro, fueron pasando los meses, nos fuimos conociendo más a fondo y relajándonos en la manera –y las maneras- de comportarnos, hasta que por fin todos mostramos nuestra verdadera cara, ya desvestida de cortesías y de ganas de agradar. Y bueno, aquí seguimos, unos años después de aquel septiembre en que acababa de llegar a esta ciudad y a este trabajo. Muchas son las cosas que han ocurrido desde entonces, pero en cuanto a esta persona, cuyo fondo no me cabe ninguna duda de que es bueno, sus dificultades para relacionarse con el mundo han empeorado visiblemente, ya ni siquiera devuelve un saludo mirando a su interlocutor y su cara, cuando levanta la cabeza, que no es a menudo, tiene un aire amargo, o mejor agrio, como si por sus venas más que sangre corriese vinagre y en el lugar donde debiera tener el corazón tuviese el hígado, tan lleno de bilis que enfermase incluso su cerebro.
La comunicación, en cualquiera de sus sentidos –profesional, personal o de mera educación- es ya absolutamente nula….y mi templanza amenaza, algunos días, con quebrarse y supongo que alguien desde fuera podría interpretar todo esto como un intento de desestabilizarme, forzando así mi marcha, pero lo cierto es que no tiene nada que ver. Para su desgracia, el problema lo tiene con el mundo, nada parece hacerle feliz, jamás se permite una sonrisa (ni siquiera a algún niño/a que de vez en cuando vemos por aquí), ni un gesto de afecto ni siquiera algo tan simple como una mirada limpia y de frente para decir un sencillo “Buenos días”.
Menos mal que una tiene sus propios recursos, pero qué difícil me lo pone!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario