miércoles, 15 de junio de 2011

...HASTA LA DERECHA Y MÁS ALLÁ!

Nada de hasta el infinito y más allá que repiten los niños, es a un lugar mucho peor hacia donde nos vamos arrastrando, un lugar donde ni la igualdad, ni los derechos sociales ni el respeto al diferente o a la opinión distinta se tiene dmasiado en cuenta. Esta vez el péndulo se nos está yendo de madre.

La Asamblea francesa acaba de impedir que se apruebe la ley que permitiría el matrimonio de dos personas del mismo sexo, con argumentos de tanto peso como la defensa de la pareja hombre/mujer (que no mujer/hombre), la cual según parece es la garante exclusiva de la pervivencia de la especie -será sólo de la suya?- y además conviene no olvidar que quienes esto pretenden estarían combatiendo una "aberración antropológica". He ahí el otro argumento. Juro que en mi vida, que ya no es corta, había escuchado tal barbaridad refiriéndose a mi persona y a los millones de gays y lesbianas que pueblan este peqeño planeta nuestro.
Parece evidente que, en la cuna de la Declaración de Derechos de los Ciudadanos, los homosexuales franceses o no son ciudadanos o no tienen derechos o quizá no sean ni personas.

Luego he estado leyendo sobre el tema de la ordenanza municipal de Madrid y las fiestas del Orgullo Gay, en Chueca, y por supuesto, respeto que el señor Alcalde haga lo que deba hacer, en aplicación de la legalidad, pero como el problema y por ende la ordenanza, es extensible a todas las ruidosas manifestciones festivas de la capital, doy por sentado que el señor Gallardón hará lo propio con las de San Isidro, La Paloma, el Corpus o las de mi ex barrio, que doy fe, por que he asistido a ellas durante años, que el nivel de decibelios está en el mismo orden que las de Chueca,aunque quizá con menos taconazos.
De no ser de este modo, empezaré a pensar que detrás de todo ello subyace un problema de homofobia.

Y por último -por ahora-, el acoso a Gallardón delante de su casa.
No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que son muchísimas las pesonas indignadas, o mejor, profundamente cabreadas con lo de Chueca y las fiestas, pero eso no justifica JAMAS la invasión del espacio privado de nadie, ni ningún tipo de violencia, ni siquiera verbal, por que además de parecerme repugnante, se vuelve totalmente ineficaz, por que quienes protagonizan estos excesos, con el uso de la fuerza pierden toda la fuerza de la razón y comprometen la labor de los que de modo respetuoso y respetable, desde los mecanismos legales y en ejercicio de la lbertad sin menoscabar la de los demás, defienden esos mismos derechos.
De verdad me preocupa que, al amparo de la mayoría serenamente beligerante, nos sigan saliendo "indignados" que vayan cometiendo atropellos absolutamente antidemocráticos. Y, por supuesto, me empieza a quitar el sueño el extremo hasta donde pueda llegar ese péndulo que sobrevuela nuestras cabezas.

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