jueves, 16 de junio de 2011

ROSA ROSAE

Este blog está convirtiéndose en un espacio contra el olvido y para los agradecimientos, de lo cual es responsable, supongo, el reconocimiento de que quizá ya he vivido más de la mitad de lo que será mi vida, en el sentido del paso del tiempo, no de las emociones, que todavía las espero intensas. Por eso van saliendo nombres propios, con su contribución en que sea quién y cómo soy En este caso no me acuerdo cuando nos conocimos -sí quien nos presentó-, pero recuerdo una madrugada, descalza, con frío y sin las llaves de casa, esperándote a la puerta de la tuya. Pasado el primer momento de incredulidad, escuchaste mi periplo de aquella mala noche y me diste cama y ternura…
Hace de eso, más de veinte años y sin embargo, creo que no he olvidado nada y además conservo todo cuanto escribimos y pintamos entonces.
Me acuerdo del primer beso, en unas fiestas en la Alameda y también recuerdo la cara de sorpresa de algún conocido…y como desde ese momento todo fue pasando muy deprisa con el deseo a flor de piel. No fue fácil, por que yo estaba con mi pareja de aquel momento en plena crisis, pero era una pareja, al fin y al cabo. Sin embargo me enamoré de ti, de ti y de aquellos pantalones a rayas tan maravillosamente ajustados. Y sé que fue un amor correspondido, pero fue también una relación tormentosa, difícil, llena de sobresaltos y de terceros en discordia…con final infeliz.
De hecho pasaron años hasta que mi empeño me puso, otra vez, ante tu puerta, sólo que aquella tarde nos emocionamos profundamente las dos, tanto que, desde entonces no hemos dejado de compartir buenos ratos y algunos no tan buenos, pero ahí estamos, lealmente incombustibles.

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