miércoles, 20 de marzo de 2013

MIEDO (recuperada la nota, no el miedo)

"Cuantas cosas perdermos por miedo a perder" Paulo Coelho.

Con que facilidad nos vemos amenazados y con que lamentable rapidez nos sentimos al borde del abismo y tomamos decisiones precipitadas, como si el mundo se acabase mañana, nuestro mundo perfecto, ordenado, seguro y controlado.

Cerramos puertas en lugar de abrir ventanas que nos inunden de aire fresco y de luz. Cierto es que puede colarse un vendaval, la lluvia, el frío o el calor..., pero siempre vale la pena intentar abrir esas ventanas, aunque se nos remueva el suelo bajo los pies. Hay que sentirse viva, insegura a veces y si toca perder, pues perdamos!

Qué triste, qué castrante, qué cruel puede ser el miedo. Nos atenaza, nos bloquea, nos ahoga y ahoga y bloquea a quienes nos rodean. EL miedo no nos vuelve más prudentes, sino más vulnerables.
Nos resigna, nos conforma con migajas de una alegría a la que sólo asomamos la punta de nuestra pobre nariz...

El miedo nos vuelve desconfiados, egoístas y un mucho miopes. Nos obliga a gestos osados paras disimularlo, a argumentaciones que nos justifiquen y que no son más que muestras de falsa firmeza y en tanto esfuerzo renunciamos al necesario para vencerlo. Pero claro, eso sólo lo descubrimos cuando vemos pasar de largo a aquell@s que no tuvimos el valor de amar o los sueños que no fuimos capaces de hacer realidad o lo que quisimos ser y ni siquiera lo intentamos y para entonces, casi siempre es ya tarde.

Nada hay menos generoso para con un@ mism@ que el miedo.



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