domingo, 1 de mayo de 2011

UN REGALO

(23 de setiembre de 2010)

Hay un silencio oscuro colándose por cada rincón de la casa, presagio quizá de un no menos oscuro devenir de los días. Un silencio que sólo rompen las amortiguadas voces de los niños en el colegio cercano, pero que sigue siendo un silencio de duelo, de mudos e hirientes adioses....un silencio de otoño triste.
Sin embargo...ni los grises nubarrones, ni el viento ni la lluvia, ni toda la furia del mar impedirán que me incorpore y ponga por orden alfabético todas las revueltas emociones. Y no será fácil, xq a menudo ni siquiera sé como llamarlas y con frecuencia también, todas las palabras que voy guardando se me pierden por algún roto del bolsillo. Y claro, sin palabras, mi bien más prec iado, no hay manera. Pero insisto, y me esfuerzo tercamente en no perder la posibilidad de escribir, de escribirme realmente, y de nuevo atesoro cada palabra encontrada como una rara flor que regalo o me regalo, cuando el tiempo, el lugar y el ánimo me lo permiten. Ahora, por ejemplo: DULCEMENTE.

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